domingo, 8 de febrero de 2009

mas reflexiones compartibless!

Es solo en el presente

Donde esta el acceso a la continuidad

Sin delegar en otros

Lo que palpita en nosotros en cada pulso

Posibilidad de cambiar

Todo lo que existe

Ninguna estructura resiste

El poder creador del hombre

Y asi mejoraremos el mundo

Nuestras relaciones

Y construiremos re-evolucion

Testigos de la evolucion

Desarrollo personal que conduce al desarrollo comun

En comun unidad

Concientes

Y en paz


















Acaso es distinto como el querer encontrar a dios nos conduce a conocernos a nosotros mismos

O como el sentido de inquirir que nos lleva a la pregunta nos deja absortos frente a la totalidad?

De cualquier forma en que nos plantiemos frente a ella, el asombro que nos provoca la infinidad del absoluto nos conduce a respuestas que se sienten y nos elevan mas allá de toda sombra, transformando las dudas detrás de las conclusiones confrontadas que nacen de la dualidad por sensaciones que permanecen a manera de dulce fe que es a la vez seguridad e incertidumbre…

Pero en eso me aparecen cosas, arquetipos, sensaciones de cobijo y esperanzas, sabor de amanecer y nacimiento, como sentir por ejemplo que el presente tiene que ver con un estar absorto en el sistema real del universo que es el que nos abraza muy por encima de los valores mentales que puedan ser atribuidos por la racionalidad, pero que aun ahí hay dirección, talvez no vectorial, pero en lo numinoso que nos llama, siento un avance, un estar presente, un sabor a hogar donde toda espiritualidad que lleve sensatez hace sentido, gratitud inunda el aliento que me llena, reposo móvil del gentil florecer, que también llama a defender esa integridad sagrada, estar a la altura de lo que significa nuestro existir, y con el favor de las fuerzas que defienden poder disfrutar de nuestro lugar en la perfección del mundo, sus ciclos danzantes, su propiedad de madre, que perdemos al considerar como objeto lo que es sagrado, los poderes hegemónicos pretenden que nuestra visión continúe enajenada, cosificando el mundo, la alteridad y nosotros mismos en función de impulsos instrumentales dirigidos muy por debajo de nuestras capacidades, para mantener así un orden que nos es ajeno y alienante, y por el contrario si redescubrimos nuestro lugar, encontrándonos, dejamos de legar el estar presentes para proyectarlo en imágenes subconscientes que hacen dispersar nuestra energía concentrándola lejos de cualquier noble propósito del alma, aunque detrás de estos impulsos esta su llamada , ignorada erráticamente, de amar, ser, existir

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Centro radial de la unión de hemisferios, en un instante en que el sistema cuerpo-alma siente el espíritu vivificador y desaparece toda construcción de la mente, fin de las maquinarias, ardides y trampas desarmados por la pura presencia de la luz del ser, sin saber izquierda de derecha, siendo uno en si mismo, uno en si mismo, acogemos el sistema mayor que nos contiene nuevamente vasijas de la inefable inmensidad, que puede amarrar lo que no tiene de donde ser asido? De esta naturaleza es nuestra alma, trascendente, inefable, inasible, siempre en dios, sonriendo frente a los ardides de la decadente materialidad, y seudoraionalidad materialista, instrumentalizadora, definidora de limites inexistentes, han de ser nuestros cuerpos vasijas de la energía continua e inabarcable en constante flujo perfecto, nada menos nos espera, a quienes seamos capaces de dejar de lado nuestras mascaras y limitaciones, dolores, traumas, culpas y apretar de dientes, desarrollando compasión en vez de ira, perdonando a los demás así como a nosotros mismos, continuando el seguir de una llamada lejana tan dentro, horizonte interior de infinitos estrellados, sentido de unidad profunda y reverente, ser en nosotras mismos íntegramente, enteramente, completamente, para aspirar a un día llegar a sentir y vivir verdadera unión, común unión, nuevamente, para encontrarnos, para vivir.













Uno a uno me quitare los pesos, como un árbol que bota sus hojas en invierno, juntando fuerza para dar frutos excelentes, cambiare mi piel como una serpiente, dejando los errores para nacer de nuevo en un instante del infinito, elevare mi vista nuevamente, sobre objetivos vectoriales, en la verdadera realidad radial y radiante del ser viviente y sintiente, dotado de percepción conciente, visión trascendental y verbo creador. Sin densidades impostadas ni pedanterías, desnudos, inmensamente pequeños y cuánticamente gigantes, inocentes y sabios, inquisidores y serenos, cómplices de los hermanos, intocados, jubilosos, seres de victoria, guerreros de paz, acudiremos cuantas veces sea necesario, al llamado de la aurora, y frente a los yugos nuestra espada, de fuego interno inagotable, que yergue nuestros cuerpos, que mantiene nuestro espíritu en alturas sobre las nubes, y de raíces profundas de lengas y mañíos, verdaderos, orgullosos, enhiestos, cordiales, amables y silvestres, has de encontrarnos en los bosques y montañas, y en medio de las ciudades, extraños en tierras extrañas, con una mirada de alivio de los pesares, con el fuego de la esperanza avivando nuestros pechos.