lunes, 7 de diciembre de 2009

reflexión

De la observacion de los procesos actuales, y de la forma en que creamos realidad a partir de nuestra interpretacion de la misma un analisis a partir de la teoria de la indeterminacion y la teoria de sistemas..

Diferente autores sobretodo franceses se plantean el fin del sujeto desde una perspectiva “posmoderna” que en resumidas cuentas se refiere al fin del reconocimiento de lo un criterio objetivo y de categorías de verdad. Esto se fundamenta en la mal interpretación de teorías físicas como la indeterminación de Heissenberg, o principio de incertidumbre que afirma que no se puede determinar, simultáneamente y con precisión arbitraria, ciertos pares de variables físicas, como son, por ejemplo, la posición y el momento lineal (cantidad de movimiento) de un objeto dado. Este principio hecha por tierra las conclusiones sobre el observador de la “filosofía mecánica”. Lo fundamental de esto es que es el observador, el sujeto observante el que modifica el objeto al observarlo, es decir no es que el conocimiento no exista, sino que esta directamente relacionado con el acto de conocer, es decir se vuelve a invertir, como en antepasado alquímico de las ciencias, el lugar del observador, vuelve a encontrarse el sujeto ligado al mundo, y es solo en la constitución de un sujeto libre (como el despertar de la subjetividad libre de Hegel) desde donde se puede crear y consensuar un el mundo, considerando los ciclos y dinamicas de flujos del mismo como veremos mas adelante. Es decir los mismo argumentos que se malinterpretan para llegar a la conclusión de que no hay sujeto posible los que verdaderamente nos dicen, ¡lo único posible es el sujeto y su responsabilidad! Este llamado nos hace tener que retomar el peso de nuestros actos y lugar en el mundo, y hacernos cargo de el. No vernos como ajenos a los procesos y sucesos en que nos vemos inmersos sino como co-creadores de la realidad, por lo tanto responsables de la misma. Es decir le devuelve también el lugar a la razón no como racionalidad mecánica ni “instrumental” en términos de Habermas sino en cuanto facultad deliberativa y responsabilidad del individuo (y validez y legitimidad del otro).

Desde otra perspectiva la Teoría General de los Sistemas (T.G.S.) propuesta, más que fundada, por L. von Bertallanfy (1945) aparece como una meta teoría, una teoría de teorías (en sentido figurado), que partiendo del muy abstracto concepto de sistema busca reglas de valor general, aplicables a cualquier sistema y en cualquier nivel de la realidad.

Al igual que el materialismo dialéctico pretende validez universal, y es muy interesante porque hasta el momento ha demostrado aplicabilidad y coherencia. Nos plante que toda configuración de la materia se agrupa en ordenes de sistemas que cumplen con ciertas características definidas:

Según Bertallanfy, sistema es un conjunto de unidades recíprocamente relacionadas. De ahí se deducen dos conceptos: propósito (u objetivo) y globalismo (o totalidad).
•Propósito u objetivo: todo sistema tiene uno o algunos propósitos. Los elementos (u objetos), como también las relaciones, definen una distribución que trata siempre de alcanzar un objetivo.
•Globalismo o totalidad: un cambio en una de las unidades del sistema, con probabilidad producirá cambios en las otras. El efecto total se presenta como un ajuste a todo el sistema. Hay una relación de causa/efecto. De estos cambio y ajustes, se derivan dos fenómenos: entropía y homeostasia.
•Entropía: es la tendencia de los sistemas a desgastarse, a desintegrarse, para el relajamiento de los estándares y un aumento de la aleatoriedad. La entropía aumenta con el correr del tiempo. Si aumenta la información, disminuye la entropía, pues la información es la base de la configuración y del orden. De aquí nace la negentropía, o sea, la información como medio o instrumento de ordenación del sistema.
•Homeostasia: es el equilibrio dinámico entre las partes del sistema. Los sistemas tienen una tendencia a adaptarse con el fin de alcanzar un equilibrio interno frente a los cambios externos del entorno.
Una organización podrá ser entendida como un sistema o subsistema o un supersistema, dependiendo del enfoque. El sistema total es aquel representado por todos los componentes y relaciones necesarios para la realización de un objetivo, dado un cierto número de restricciones. Los sistemas pueden operar, tanto en serie como en paralelo.


De acuerdo a estos parámetros nuestra observación de los fenómenos deja de ser la observación alienada en base a objetivos específicos como los deseos o anhelos o impulsos sino que los objetos se encuentran relacionados entre sí (todos) teleológica y pathologicamente, es decir nos encontramos nuevamente frente a una unidad viva de la materia y la energía, donde nuestros actos repercuten no solo en el objeto de nuestra acción sino que en el conjunto de la vida misma, si sumamos la anterior noción de responsabilidad del sujeto mas la perspectiva de unidad sistémica de la realidad nos encontramos frente a un panorama mucho mas complejo que el nihilismo, y en caso de falta de información y de coraje mas angustiante aun, nos encontramos frente a la necesidad de reconstruir el mundo y los mundos posibles en conciencia no solo de la unidad de la propia conciencia o Razón, también frente a la legitimidad del observador inmanente o la razón del otro, mas el hecho de que estamos inmersos en sistemas de sistemas que funcionan sinergia, es decir, por ejemplo , dejar de destruir los ecosistemas para provecho económico, dejar de solventar sistemas no simbióticos ni sinérgicos (como los sistemas políticos que han devenido en el presente del mundo) y la capacidad tremenda de redefinir por completo nuestra forma de vivir, quizás, muy parecido a como Marx pensó el mundo en su juventud, en los manuscritos económico filosóficos. Es decir la simbiosis en la relación entre el hombre (y la mujer) con nosotros mismo, como seres sistémicos y sinérgicos, los otros como otros legítimos, y nuestro medio natural como sistema perfecto que nos provee de todo lo necesario para vivir si respetamos sus ciclos y flujos sistémicos, lo único que impide este proceso son dos cosas, el desconocimiento por parte de la población común (la bajada de estas teorías al sentido común) y los intereses de poder que arrasan con la vida de nuestro planeta.
Cabe resaltar que nuestra vision, nuestra perspectiva de vision, el lugar desde donde nos situamos al observar, produce lo que sea que percibimos, es decir, es decir definimos (de dar fin, dibujar, delimitar) la realidad que percibimos esta mediada por la definicion que hacemos de nosotros mismos como observadores, y por las convenciones que son la unica realidad colectiva posible a nivel interpretativo intelectual, si bien sabemos ciertamente que la realidad presenta sustratos que nos son comunes como la dimensión emotiva que nos da cuentas de la realidad del otro mas alla del lenguaje, y mas cerca de esto ultimo que del lenguaje se manifiesta el ser, propio y de los demas entes y seres sintientes, en su integridad trascendetal y su unidad sistemica que como vimos tiende siempre en un estado natural a la simbiosis (hacerse bien a si mismo y los demas) , y en el caso de los humanos, tenemos la posibilidad de situar nuestro observador, nuestra perspectiva de percepción de la realidad, en
en el punto de nosotros mismos desde el cual los fenomenos, lo que se nos aparece, nos produce naturalmente dos reacciones humanamente naturalez, asombro y respeto, quizas cerca de lo que San agustin nombraria como “Entelequia sensible”.

Interpretaremos en este texto el asombro (aunque para muchos incluso para mí en este momento quizas hablar y filosofar sobre el podria interpretarse como una forma de negarlo) como aquella interior sensacion de presencia no instrumental, no asociativa sino testimonial, no interventiva sino facilitadora quizas del proceso que sea que se nos este apareciendo, como la curiosidad profunda por conocer sin los agregados psíquicos sociales del poseer y el intervenir, sin los impulsos aprendidos del cambiar lo observado y toda la serie de impulsos que nacen de la perspectiva de observacion que se establece bajo las categorías dicotomicas del lenguaje y la conciencia dividida de si misma y de la nocion intuitiva de unidad natural con la totalidad.

E interpretaremos el respeto como una forma o consecuencia natural de la perspectiva de observación asombrada (y asombrosa) como producto de la sensibilidad.

Como vimos en la explicacion sobre la indeterminación la presencia de la conciencia modifica lo observado (y la perspectiva de observacion como vemos mas arriba) y es por esto que por ejemplo al hacernos concientes de procesos fisicos como la respiracion, los modificamos, aunque tambien podemos vovlernos testigos de la misma sin alterarla, practica comun en la meditacion en muchas escuelas, o como cuando nos volvemos concientes de la postura corporal tambien tendemos naturalmente a mejorarla asi cuando nos volvemos concientes de la razon de los impulsos que se nos presentan internamente tendemos a aceptarlos o rechazarlos si es que nos parecen coherentes, o a inventar excusas para justificarlos en caso de impulsos incoherentes que queremos mantener.

El doctor R.D. Laing en su libro “el yo dividido” se plantea lo esquizoide de la perspectiva de observacion moderna como una desvitalizacion, producida por la proyeccion de un si mismo falso que se manifiesta en un espacio tiempo inexistente, una ilusion hormonal generada mentalmente por la ansiedad y el miedo que son hormonalmente, lo mismo. Que que a la vez esta terriblemente identificado con el propio cuerpo. En esta dimension inexistente de la realidad no nos hacemos presentes en la dinamica sistemica del mismo y sus procesos, tenemos una percepcion irreal y prducimos una acción futil. Mientras que plantea la interaccion sana como un si mismo corporalizado y vital (testigo de su cuerpo), que accede a la realidad a través de una percepción real y produce una acción significativa, frente a un otro legítimo.1

Ambos esquemas nos presentan el primero un si mismo desencantado del mundo y de si mismo en lo que llama un falso sistema de si mismo, mecanizado e irreflexivo. El segundo grafica una relacion sana con si mismo, el fenomeno y la alteridad.

Nos planteamos entonces la necesidad de sanar nuestra perspectiva de vision y nuestra relacion con nosotros mismos, la alteridad, y el mundo.

Esta tarea de revertir años de estimulos que van exactamente en direccion contraria a este proposito seria y es mucho mas facil si nos planteamos la sanacion, liberacion y revolucion que implica el sanarnos como proceso colectivo, en aprendizaje colectivo, cambiando el juicio y la competencia por la compasión y la pazciencia como valores humanos necesarios para evolucionar, y el conformismo por el coraje.

Espero que este pequeño documente que me sirvio mucho escribir le sirva tambien a alguien al leerlo!




Hans Knaak Ugas